MIRAR MAS DE CERCA, NO CUESTA NADA.
En algunas ocasiones cuando
estaba en el colegio en la primaria, no prestaba atención a la clase porque
estaba con el pensamiento en mi casa, con mi mamá, pensaba en ella y en la
escena que había observado cuando me levante para ir a la escuela, dónde mi
madre se encontraba con la tristeza en su rostro, moreno indio, con su mirada
siempre al piso, en ella fue frecuente verle así, con la vista baja. y aquella
mañana no era diferente cuando se encontraba en la cocina preparando las arepas
para mis hermanos y para mí. Hace muchos años de estos recuerdos que por
momentos me llevan a preguntarme ¿Qué le pasaba a mi madre en esos momentos que
por mi corta edad, 8 o 9 años de edad no pude comprender?
Esté pequeño resumen de una etapa
de mi vida en la infancia, se los dejo para que tengan una mirada más profunda
de sus estudiantes, sea en primaria o secundaria, no importa el grado ni la
edad, aquí lo importante es observar esas pequeñas evidencias que llevan en sus
rostros, en sus expresiones, en sus movimientos y hasta en los momentos que se
ven solitarios y fuera de sí mismos. Como maestros o profesores en esa época de
mi experiencia educativa, ningún docente se acercó en clases ni en el recreo o
en aquellas ocasiones que me encontraba casi siempre apoyada a una pared viendo
mi casa que se podía visualizar desde la escuela y también podía ver en
ocasiones a mi madre lavando o barriendo el patio de mi casa. No hubo ninguna
maestra que se me acercará a preguntar qué pasaba conmigo, solo recuerdo las
llamadas de atención o los regaños por no prestar atención en clases…
Ahora bien, esta resumida
historia antes mencionada ocurre en su mayoría de las escuelas de ciudades,
pueblos y campos de nuestra Venezuela, en algunos hogares de las grandes
ciudades se observan estos casos, sin embargo donde más se pueden evidenciar es
en aquellos ambientes donde las costumbres, y culturas son arraigadas a las
creencias, en los hogares en pueblos y campos donde el patriarcado toma
relevancia y poder. Donde se pueden observar mujeres con una mirada sumergida
en la tristeza, una mueca en su sonrisa fingida, en hogares donde sus hijos no están
siendo bien atendidos desde la inteligencia emocional y siguen un patrón matriarcal
o familiar sin darse cuenta que es un rasgo o arquetipo que se va asimilando
desde la infancia y con ello se van repitiendo patrones emocionales que no están
siendo observado por ambas partes, como son: por uno de los padres o quienes están
a siendo responsables de los infantes y adolescentes, y el otro, los docentes
que es donde se dice que es su segundo hogar y por ende la maestra o profesor
su responsable de formarlos para la vida.
Para el Psicólogo, periodista y
escritor, Daniel Goleman, en Inteligencia Emocional nos hace saber con sus
palabras lo que les quiero referir:
“Este tipo
de situaciones, reiteradas continuamente durante toda la infancia, constituyen
un verdadero aprendizaje emocional cuyas lecciones pueden llegar a determinar
el curso de toda una vida. La familia es la primera escuela de aprendizaje
emocional; es el crisol doméstico en el que aprendemos a sentirnos a nosotros
mismos y en donde aprendemos la forma en que los demás reaccionan ante nuestros
sentimientos”
Y así como Goleman sigue sus investigaciones sobre la inteligencia emocional tanto en niños como adultos para verificar sus resultados que le llevan a editar sus textos para aquellos interesados en aprender sobre este tema importante para nuestras vidas, también seria excelente que los docentes se pasearan por estas investigaciones en su formación y preparación. Y si ya están ejerciendo valdría la pena que puedan leer esta gran información porque en las aulas escolares, ahí es también donde aprendemos a pensar en nuestros sentimientos, en nuestras posibilidades de respuesta y en la forma de interpretar y expresar nuestras esperanzas y temores.
Este aprendizaje emocional no sólo opera a través de lo que los padres dicen y hacen directamente a sus hijos, sino que también se manifiesta en los modelos que les ofrecen los sus amigos y el ambiente en el que se relaciona, siendo la escuela la mejor opción para manejar sus propios sentimientos y vivencias del hogar, donde sus maestros hacen grandes aportes a sus estudiantes para que tengan una idea para manejar sus emociones y hacer frente con los avatares que sufren dentro y fuera del hogar.
NOTA: DANIEL GOLEMAN, LA INTELIGENCIA EMOCIONAL
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